martes, 12 de junio de 2012

Confederaciones Articulo 64 y 65

DE LAS CONFEDERACIONES




Artículo 65




a)          Serán nombradas por el Obispo del distrito, conformados por:  un Presidente (a), Secretario (a) y Tesorero (a).

b)          Trabajarán objetivamente apoyando algunas de las áreas que lo necesitan. 

c)          Tendrán sus estatutos, que las regirán para el desenvolvimiento de su trabajo.

d)         Serán las encargadas de velar por las Federaciones  sectoriales.

e)          Estas confederaciones serán asesoradas por los Obispos distritales.

f)           Presentarán un plan de trabajo objetivo para alcanzar sus metas.

domingo, 10 de junio de 2012

Federaciones Articulo 66

DE LAS FEDERACIONES



Artículo 66



a)          Trabajarán sectorialmente.

b)          Estarán siendo organizadas por el Anciano Supervisor,  cada una en sus respectivas sociedades: Varones, Señoras y Jóvenes.

c)          Trabajarán de acuerdo a los estatutos vigentes.

d)         Su trabajo se desarrollará, con la visión de apoyar el plan nacional.

viernes, 8 de junio de 2012

EL MINISTERIO Artículo 67

QUINTA SECCIÓN
CAPÍTULO OCTAVO
a)            El Nuevo Testamento nos presenta a Jesucristo como fundador y cabeza de la Iglesia y a los apóstoles como fundamento de la misma y para antes de la finalización del período apostólico descubrimos que las congregaciones se formaban de santos y diáconos en Cristo Jesús con los obispos y diáconos (Filipenses 1:1) esta triple composición de la feligresía local sigue siendo la base que observa la Iglesia Apostólica de nuestro tiempo para la diferenciación de funciones dentro de la Iglesia, la adición de los primeros colaboradores de los apóstoles, a quienes llamamos diáconos, introduce el concepto de dos diáconos o ministerios:   el trabajo de servir a las mesas (Diaconein trapezais) y el misterio de la Palabra (Diakonía) (Tonlogou) según declara la Biblia crecía la Palabra de Dios y se aumentó el número de creyentes (Hechos 6:7) sin embargo,  no debe creerse, primero, que estos diáconos se dedicaban exclusivamente al servicio profano o secular en la Iglesia, pues luego vemos a Esteban y a Felipe, que predican y hacen señales y bautizan (Hechos 6:8; 8:5-8) también descubrimos que el tiempo trae un cambio en el sistema de selección de los diáconos; pues los primeros fueron elegidos por la multitud y presentados inmediatamente a los apóstoles varios años después, Pablo indica las cualidades que deben distinguir a los diáconos y añade que estos deben ser sometidos a pruebas antes de ejercer el diaconado (1 Timoteo 3:8-13) en tercer lugar es importante recalcar la estrecha relación que se establece entre el diaconado y el obispado (1 Timoteo 3:1-13; Filipenses 1:1-2) pues el diácono  resulta servidor o ayudante ambas posiciones son muy semejantes y, consecuentemente se abre el camino para que el diácono llegue a Obispo y al igual que a los apóstoles ejerzan un diaconado más importante debemos distinguir entre los doce apóstoles originales y los que en nuestro tiempo pudieran ser identificados con tal título, es obvio que Cristo estableció 12 hombres para que estuvieran con Él, para que tuviesen autoridad para que sanaran enfermos para que echaran fuera demonios (Marcos 3:13-15) también sabemos que a estos doce los eligió con el título de apóstoles (Lucas 6:13) y que la función y prerrogativas de los mismos son de mucha distinción (Mateo 19:28; Lucas 22:30; Apocalipsis 21:1-4) pero esto no nos obliga a creer en una sucesión apostólica, ni en la necesidad de que la Iglesia gobernaba por 12 apóstoles, si bien es cierto que antes del Pentecostés se tubo que designar el sucesor de Judas (Hechos 1:5-26), también es verdad que al morir Jacobo (Hechos 12:1-2) nadie fue electo en su lugar, en la Iglesia primitiva Pablo ejerció el apostolado fuera del círculo de los doce, y en la actualidad todo Ministro es apóstol en el sentido que en enviado, sin cuyo requisito no debe ir a predicar (Romanos 10:15), el Nuevo Testamento también revela que eran ministros de la Iglesia primitiva los que ejercían el gobierno de la Iglesia           (1 Timoteo 5:17-20; 2 Timoteo 4:2; Tito 1:13; 2:15) y que esta obediencia era a los pastores y no a la inversa (Hebreos 13:17) esto  no presupone un abuso de autoridad, sino que exige del Ministro un proceder que conduce a la edificación (2 Corintios 10:8) presupone que existe una mutua sujeción  (Efesios 5:21) y es efectivo solo cuando el Ministro se pone como ejemplo:  cuando actúa con sabiduría, paciencia y doctrina (2 Timoteo 2:24-26; 1 Pedro 5:1-3) además los hombres que desempeñan estas funciones están ejerciendo un carisma que tiene como fin perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, con miras a la unidad de la fe del conocimiento del Hijo de Dios (Efesios 4:11-13) los ministros ejercen también la importante función de atestiguar el llamamiento de Dios a otros hombres, para lo cual les imponen las manos y los colocan al servicio de las iglesias (Hechos 14:23) para esto los ministros se constituyen en una colectividad que se llama Presbiterio (1 Timoteo 4:14) la idea del neo testamentaria del gobierno de la Iglesia presupone también que no existen congregaciones independientes o aisladas, al comenzar a fructificar el Evangelio en Samaria, fueron enviados a Jerusalén dos apóstoles que oraran para que los convertidos recibieran el Espíritu Santo (Hechos 8:14-17), la misma Iglesia de Jerusalén al saber que se habían convertido muchas personas en Antioquia, envió a Bernabé a que ejerciera su ministerio entre ellos (Hechos 11:19-24).  

Pablo y los primeros misioneros salidos de la iglesia de Antioquia establecido como segundo viaje misionero, por las iglesias que habían fundado.   Esta fue una tarea de supervisión como la hacen los Obispos, pues tal es el significado de las palabras “visitar” y “ver como están” (Hechos 15:36).  Pablo fundó la iglesia de Efeso y dejó allí un grupo de ancianos que indudablemente él había designado.  Posteriormente los convocó a una reunión en Mileto y dijo que el Espíritu Santo los había puesto por Obispos, pues así puede calificarse la acción del Ministro supervisor que actúa correctamente (Hechos 20:28).  Bien conocida es la intervención de Pablo en la vida interna de las iglesias que estableció, para las cuales sus epístolas se constituyeron en directrices, al igual que en el caso de Pedro y lo que éste escribió.  Fueron los apóstoles y los ministros llamados ancianos, que se congregaron en Jerusalén, los que participaron en una discusión doctrinal que afectaba la conducta de otras iglesias y su decisión fue comunicada en nombre de ellos y de todos los hermanos, que aparentemente también habían cuando menos escuchado la discusión (Hechos 15:6,22,23).
b)           Otra característica del Nuevo Testamento que tiene relación con lo que aquí se está tratando es la forma en que varían los títulos y las funciones que se asignan a  los ministros.   Por ejemplo, hay mucha similitud entre 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9, aunque en el primer caso se habla de un Obispo, mientras que en el segundo, al mismo hombre se le designa anciano (Presbítero) y Obispo (episkopos).   El término anciano se origina en el Antiguo Testamento y sirve para designar a los líderes que desempeñan funciones religiosos y políticas.   Los ancianos en la iglesia de Jerusalén (Hechos 11:30) eran hombres de jerarquía inferior a la de los apóstoles, aunque posteriormente un Apóstol se auto designa como anciano (1 Pedro 5:1).   Es curioso que las palabras que se traducen como “los que están a vuestro cuidado” (1 Pedro 5:3) y que en la versión 1909 se llaman “heredades del Señor” en el original significan suertes o esferas de acción, lo que implica que los ancianos pueden desempeñar diferentes funciones.  Pasajes como Hechos 15:23; 1 Timoteo 5:17 y Santiago 5:14 parecen indicar funciones locales de los ancianos.   Es también significativo y curioso que a los ancianos de la iglesia de Efeso, que Pablo reunió en Mileto, son llamados Obispos por Pablo (Hechos 20:17,28).
c)            Pablo declara que el Espíritu Santo constituyó apóstoles en la Iglesia (Efesios 4:11).  El don de Pastor aparece en la misma lista y es paralelo al de maestro, pues en el griego no aparece la conjunción “Y”, es decir, se lee:  “Pastores-Maestros”.   Fuera de este pasaje no se usa en el griego el término “Pastor” para designar un tipo específico de ministros, pero esto no significa que tal designación no sea válida, pues, por ejemplo, en Hechos 20:28 los ancianos han sido puestos por Obispos para mirar (supervisar) al rebaño y “apacentar” la iglesia del Señor, lo cual es un trabajo netamente pastoral.   Los ancianos mencionados en 1 Pedro 5:2 deben pastorear (Poimanate) a la grey del Señor (la versión 1960 dice:  “apacentad”).  En Hebreos 13:17 se exhorta a los cristianos a obedecer a quienes los guían, es decir, a sus pastores.  De aquí se concluye que el Pastor es el guía, el líder, el conductor y el presidente de la congregación.  Todo Ministro que ejerce el don de Pastor se inspira en Jesucristo, el buen Pastor, el Principal Pastor y Obispo de nuestras almas y realiza una tarea semejante:   las guía, las apacienta y las protege.  La tarea pastoral incluye el liderazgo o dirección de la iglesia local, cuidado de la misma, la búsqueda de los perdidos y la protección del rebaño en contra de la herejía (Mateo 18:12-14; Juan 21:15-17; Hechos 20:27; 20-29; 1 Pedro 5:1-3).  El Pastor utiliza como herramientas y armas la Palabra de Dios, la paciencia y el ejemplo.  La obediencia de la iglesia al Pastor, y de un Ministro a otro, cuando se realiza en el temor de Dios, no es humillante ni perjudicial.   Los abusos de autoridad que pudieran observarse no se originan en el sistema,  porque es bíblico, sino en la ambición, la carnalidad, la incapacidad o las limitaciones personales de quienes dan a su autoridad un uso que no es legítimo, normalmente esta situación se corrige a base de la Palabra de Dios, la oración, la paciencia y la mutua edificación.

d)           La Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, en resumen, sostiene que se considera bíblicamente apoyada para establecer un ministerio de múltiples responsabilidades, donde el único fin del Pastor es perfeccionar a los santos y ganar a los perdidos, sin olvidarse de la educación espiritual y moral de la Iglesia.

miércoles, 6 de junio de 2012

LA ECONOMÍA EN LA IAFCJ Artículo 68

SEXTA SECCIÓN

CAPÍTULO NOVENO


Artículo 68


ECONOMÍA

a)      El análisis de la Iglesia Apostólica primitiva nos revela que aquellos primeros cristianos tuvieron que encarar desde el primer momento la cuestión material, y la resolvieron admirablemente y en forma ejemplar para los cristianos de todas las épocas (Hechos 2:44-45).   También nos damos cuenta que tal generosidad partía de una base individual (Hechos 4:32-37), que era reflejo de una vida, y en condiciones de trabajar y producir lo necesario para ayudar a otros (Efesios 4:28).

b)      Advertimos también en nuestro análisis del sistema económico que se practicaba en la Iglesia Apostólica primitiva, las medidas que se fueron tomando para producir un método adecuado para la recolección de fondos, este método se distinguía por (1) las exhortaciones a hacerlo con propósito y no por accidente, (2) el propósito y la alegría que son contrarios a la mala gana o la idea de una obligación forzosa (2 Corintios 9:7), (3) la regularidad                  (1 Corintios 16:2) y (4) la proporcionalidad (“según haya prosperado” o “según lo que haya ganado”, (1 Corintios 16:2).

c)      Aparte de lo anterior, también descubrimos que en la era primitiva de la Iglesia no sólo participaban los miembros de las iglesias en los deberes económicos, sino que también las mismas congregaciones debían hacerlo sobre la base de (1) la buena disposición (2) la igualdad entre las iglesias, igualdad que no se expresa en aportaciones de la misma cantidad, sino en proporción a los recursos de cada congregación, de modo que no haya holgura para unas y estrechez para otras (2 Corintios 8:1-15).

d)     Por su parte, la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, considera que el diezmo, o décima parte de los ingresos personales, que tiene antecedentes previos al establecimiento de la ley mosaica (Génesis 14:17-20; 28:22), y sigue mostrando su validez y actualidad por la forma en abundancia (Malaquías 3:10), es la medida más justa para la aportación individual de los miembros de la Iglesia, como muestra del reconocimiento que hace de Dios como dueño de las cosas, incluyendo el diezmo, y como Señor de la vida (Levítico 27:30; Salmo 24:1; Corintios 10:26).   La generosidad debe surgir siempre de la nueva vida en Cristo y de la consagración que el creyente hace de su vida y bienes a Dios, lo cual le impide considerarse propietario de las cosas y le inspira a asumir el papel del administrador o mayordomo de la bendición recibida (1 Crónicas 29:11-16;                  2 Corintios 8:5).

e)      El privilegio de dar no fue disfrutado en la Iglesia primitiva sólo por los individuos, sino también por las mismas iglesias, que unían así sus esfuerzos para responder en forma práctica y más abundante a las necesidades de otros individuos y otras iglesias (Hechos 11:27-30; Filipenses 4:10-16).   También se enseñaba a las iglesias a responder de sus obligaciones económicas, pues el no hacerlo exigía el uso de recursos de otras congregaciones, lo cual se consideraba una forma de “despojo” (2 Corintios 11:7,8).   Los fondos recogidos en la Iglesia primitiva se destinaba primordialmente a (1) las necesidades de los miembros, (2) el sostenimiento de los ministros y (3) la atención a enfermos, desnudos y hambrientos, con especial referencia a “los de la familia de la fe” (Hechos 2:44-47; 4:32-37; 11:27-30; 2 Corintios 8; 9; Gàlatas 6:6-10; Santiago 2:14-17; 1 Juan 3:17).   La misma Iglesia dio la debida importancia al sostenimiento de los ministros dedicados a la predicación y la obra del Señor, como reconocimiento a su trabajo y al hecho de que el obrero es digno de su salario, y como Ministro tiene la orden de vivir del evangelio, lo cual exige que este servicio espiritual sea compensado materialmente, de modo que el Ministro pueda satisfacer las necesidades propias y las de su familia (1 Corintios 9:1-14; 1 Timoteo 5:17,18).

f)       Finalmente, encontramos en el estudio de la Iglesia primitiva que desde entonces se insiste en la necesidad de una recta administración en los fondos de las iglesias, de modo que todas las cosas se hagan honradamente ante Dios y ante los hombres, sean para la gloria del Señor, satisfagan las necesidades y constituyan una muestra de obediencia al evangelio por medio de la liberalidad (2 Corintios 8:18-21; 9:12-15).   En particular los ministros de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús se sienten obligados para con este ideal de una recta administración y la necesidad de ponerse por ejemplo de generosidad.

g)      En vista de todo lo anterior se establece el sistema económico de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús para los miembros, diáconos y ministros, así como para todas las iglesias organizadas o en proceso de formación.